Desde hace años, la Ciudad está perdiendo los pocos espacios verdes y públicos que van quedando. Los motivos: la especulación inmobiliaria, la connivencia gubernamental, los desaguisados de la Legislatura, el imperio de lo privado sobre lo público, el mercado sobre la población, los autos sobre el peatón, el dinero sobre la vida... Los globos amarillos quieren plantar bandera de remate, hacer negocios con amigos empresarios de la obra pública, poner cemento sobre el verde a como dé lugar. Hoy más que nunca debemos recuperar la participación ciudadana para que no nos roben lo que nos pertenece, nuestro patrimonio urbano, nuestros parques, las plazas y los barrios, nuestra identidad.
Ernesto Garabato, es poeta, ciudadano de Saavedra, argentino solidario. Aquí compartimos uno de sus hermosos textos...
Pasen y vean lo que no se ve desde los planos que tienen en sus escritorios.
Ven, en esa calesita fui hijo, fui padre y espero ser abuelo, en esas hamacas, me encantaba mirar las estrellas.
En esos eucaliptus juntábamos “coquitos” con mi vieja e íbamos y veníamos con mis hijos por el paseo de los tilos, vengan, sientan.
¿Jugaron al fútbol?, acá estaba la canchita, mi primer caño, mi primer gol, mi primer llanto por haber perdido y en cada árbol el recuerdo de los que se fueron, ¿entienden por qué?
Detrás de lo que era la casilla del guardián, mi primera novia y lo que vino, cerca de ese eucaliptus gigante que se llama “Pototo”. Algunos árboles tienen nombre, ¿saben?
De esa lomita podría contarles miles de historias, bastaría por ejemplo contarles que en rondas se cantan canciones que hablan de libertad y ¿qué les parece si proponemos a la lomita como patrimonio cultural de la ciudad? ¿Lo votarían?
Acá nos quisieron poner cemento con la excusa de unos ridículos juegos acuáticos, allá, un regulador de Metrogas del tamaño de una pileta olímpica y otras cuestiones vinculadas al cemento. No pudieron. ¿Por qué será que les gusta tanto el cemento?
¿Ven los barriletes? No, no creo que los vean porque Llegaron hasta el sol.
Los pájaros se comunican en Babel y avisan alboradas, amaneceres y traiciones y la presencia de mercaderes inmobiliarios.
Vengan, que les cuento de cuando la morera acunó mi primer borrachera, claro, entiendo, están cansados. Tienen que poner en valor el Parque. Vamos a ir unos cuantos y así nos explican de qué se trata. Por ahí se enteran que Saavedra empuja sus sueños y que el parque no se toca.
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